Rosácea
Una de las patologías más difíciles de tratar es la rosácea, una enfermedad inflamatoria de la piel que afecta a la región centrofacial en forma de enrojecimiento, pápulas y pústulas con sintomatología de ardor y tirantez y con una gran intolerancia a muchos cosméticos. “Con el paso del tiempo, la rojez se hace crónica y pueden aparecer incluso vasos visibles”, explcia Cornejo.
Tratar la rosácea con un experto es fundamental, ya que cada paciente necesita asesoramiento personalizado. El médico podrá prescribir un tratamiento tópico y/u oral (antibióticos) o dermocosmético, que, por otra parte, puede desencadenar brotes en otras pacientes.
Cornejo señala que la aparición de la ivermectina tópica (un clásico antiparasitario), en los últimos años, ha supuesto un avance, ya que se trata de un fármaco eficaz, seguro y bien tolerado. La brimodinina también puede ser útil para disminuir el enrojecimiento del área afectada, pero no modifica la enfermedad. Por ello, la experta asegura que es preferible la utilización de técnicas como de láser y la luz pulsada.