El diagnóstico de fobia social
- El médico tratará de determinar dónde se encuentra:
· Un intenso miedo a la vergüenza o la humillación, al menos en una situación social. El miedo es persistente. El miedo suele aparecer con personas desconocidas, o cuando están siendo analizados detenidamente.
· Las situaciones de temor provocar ansiedad severa, e incluso ataques de pánico .
· El miedo es reconocido, pero da lo mismo, el paciente es incapaz de controlarlo.
· El paciente evita situaciones sociales, en las que tiene que aparecer y realizar algo delante de la gente (hablar en público, estar en un escenario frente a una audiencia)
· Los síntomas de fobia social afectan a la vida del paciente severamente. Su capacidad para trabajar y participar en actividades sociales, y la función de las relaciones sociales se ve gravemente afectada.
· Otras posibles explicaciones para esta fobia se han descartado, como una enfermedad o condición, un trastorno psicológico, o el efecto secundario de un medicamento.
- Criterios adicionales para los niños con fobia social:
· En situaciones sociales en que el niño se amedranta, llora, tiene rabietas o se queda congelado.
· El niño no es capaz de reconocer que su miedo es irracional e irrazonable.
· Su temor persiste durante más de seis meses
Para que un médico sea capaz de diagnosticar la fobia social, es importante que la fuente del miedo sea causada por la ansiedad, y no por síntomas secundarios de otro trastorno, como los trastornos delirantes o obsesivos. La ansiedad debe ser causada por estar en la situación social y nada más. Una característica destacada de la condición del paciente debe ser la de evitación de situaciones sociales.
En el diagnóstico de fobias específicas
- el médico determinará :
· Si una situación, acontecimiento, ser vivo, lugar o cosa, está provocando el miedo intenso e irracional.
· Si este miedo es persistente.
· Si el paciente responde con ansiedad cuando se le confronta con la fuente de su fobia.
· Si el paciente reconoce que su miedo es irracional e irrazonable, pero no puede hacer nada al respecto, dado que no lo puede controlar (los niños son demasiado pequeños para entender su miedo).
· Si el paciente evita confrontar la fuente de su miedo a toda costa.
· Si el paciente, una vez confrontado con su miedo y no puede escapar, si lo hace con ansiedad severa.
· Se descatan otros posibles factores, como el efecto secundario de un medicamento a largo plazo, una enfermedad o condición, u otro trastorno psicológico.
· En los niños, si los síntomas persisten durante más de seis meses
En todos los casos de fobias, el médico comenzará la evaluación del paciente mediante la comprobación de su historial médico y realizará un examen físico. Aunque no existen pruebas de laboratorio para detectar las fobias, el médico puede llevar a cabo alguna para excluir a las enfermedades físicas o condiciones.
Si el médico de cabecera sospecha o cree que hay una fobia, y es lo suficientemente grave como para afectar a la capacidad para funcionar del paciente, le enviará a un psiquiatra o psicólogo, que están especializados con técnicas de entrevista y herramientas de valoración para evaluar al paciente.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento para las fobias?
Si la fobia no causa problemas graves, la mayoría de los pacientes saben que simplemente evitando la fuente de su miedo es suficiente para mantener el control.
Algunas fobias no son posibles de evitar, como puede es el caso de la aerofobia (miedo a volar). En tales casos, se debe buscar la ayuda profesional.
La buena noticia es que con el tratamiento adecuado, la mayoría de las fobias pueden curarse. El tratamiento debe adaptarse al paciente para que funcione, no hay un solo tratamiento que funcione para todo el mundo.
El médico, psiquiatra y/o psicólogo, puede recomendar una terapia de conducta, medicamentos o una combinación de ambos. La terapia está dirigida a reducir los síntomas del miedo y la ansiedad, y ayudar a los pacientes a controlar sus reacciones frente a la fuente de su miedo.
Medicaciones
Los siguientes medicamentos han demostrado ser eficaces para el tratamiento de fobias:
» Beta bloqueadores: utilizados principalmente para la presión arterial alta en algunas enfermedades cardiovasculares. Los betabloqueantes pueden ayudar a reducir los síntomas de palpitaciones, así como las extremidades temblorosas. Muchos pacientes comentan que también les ayuda a reducir su voz trémula. Las personas con un miedo escénico incontrolable pueden encontrar útil este fármaco.
Entre sus efectos secundarios pueden observarse dolores de vientre, fatiga , problemas para dormir y dedos fríos.
» Antidepresivos - SSRI (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), son comúnmente prescritos para individuos con fobias. Su impacto sobre los niveles de serotonina en el cerebro da como resultado mejores estados de ánimo. La serotonina es un neurotransmisor, una sustancia química que facilita la comunicación entre las neuronas cerebrales.
La Paroxetina (Seroxat, Paxil), se utilizan comúnmente para la fobia social, mientras que el Citalopram (Celexa, Cipramil) y el escitalopram (Lexapro, Cipralex), se utilizan para el trastorno de pánico. La Venlafaxina (Effexor) se utiliza a veces para tratar el trastorno de ansiedad generalizada (trastorno de ansiedad generalizada).
Inicialmente, los SSRI pueden causar náuseas, problemas para dormir y dolores de cabeza.
Un antidepresivo tricíclico (TCA), como la clomipramina (Anafrani) también puede ayudar con los síntomas de la fobia. Los efectos iniciales secundarios pueden incluir somnolencia, visión borrosa, estreñimiento, dificultad para orinar, latidos cardíacos irregulares, sequedad de boca y temblores.
Si el SSRI no funcionan, el médico puede prescribir un inhibidor de la monoaminooxidasa (IMAO) para la fobia social, un ejemplo es la moclobemida (Manerix). Los pacientes con tratamiento de IMAO debieran evitar ciertos tipos de alimentos. Sus efectos secundarios pueden ser inicialmente mareos, dolores de vientre, inquietud, dolores de cabeza y problemas para dormir.
» Tranquilizantes (sedantes): las benzodiazepinas pueden ayudar a reducir los síntomas de ansiedad. Algunos ejemplos son el lorazepam (Ativan), alprazolam (Xanax o Niravam), diazepam (Valium) o el clordiazepóxido (Librium). Los pacientes han de ser controlados cuidadosamente debido a estos sedantes pueden llegar a ser adictivos. En pacientes con antecedentes de alcoholismo no se deben administrarse sedantes.
» Terapia conductual: la desensibilización (terapia de exposición), si se hace correctamente, puede ayudar a los pacientes a alterar su respuesta a la fuente de su miedo. Los pacientes son expuestos a la causa de su fobia en progresivos pasos graduales. Alguien que tiene miedo a volar en un avión puede empezar con sólo pensar en volar, luego mirar los aviones, ir al aeropuerto, quizá sentarse a prácticar en una cabina de avión simulada, y finalmente, subir a un avión.
» Terapia cognitivo-conductual: El terapeuta ayuda al enfermo a aprender diferentes maneras de percibir el origen de su fobia, de tal manera que le resulte más fácil sobrellevar la situación. Se les enseña diferentes puntos de vista alternativos sobre sus miedos, sobre el impacto que un enfoque equivocado puede tener en su calidad de vida, y cómo uno nuevo enfoque puede cambiar las cosas. Lo más importante, las personas con fobias aprenden a ser dueños de sus propios sentimientos y pensamientos.
Un estudio llevado a cabo por investigadores británicos encontraron que la terapia cognitivo-conductual resultaba muy eficaz para ayudar a las personas con odontofobia (miedo a los dentistas).