• Ética cotidiana •
¿Mentirías para proteger a un amigo?
¿Trabajarías para una empresa que está involucrada en lo que consideras prácticas sucias?
¿Le dirías a una persona que la amas solo para tener sexo con ella?
¿Le pedirías a tu familia que te encubriera si te involucraras en actividades prohibidas?
¿Venderías a una revista o periódico información secreta sobre una persona ahora famosa?
En la vida diaria enfrentamos desafíos éticos inesperados que jamás aparecerán en primera plana. Ahora que sabes algo acerca de las teorías éticas de toma de decisiones, revisemos algunos de los retos cotidianos que podrías estar enfrentando ahora.
La amistad aligera nuestras cargas y multiplica nuestras alegrías. Un amigo puede ser un confidente, un hombro sobre el cual llorar. Ligados por un lazo que no es sanguíneo ni legal, casi todos estaríamos dispuestos a hacer mucho por nuestros amigos; la amistad parece sagrada.
Por eso mucha gente enfureció cuando Linda Tripp grabó las conversaciones telefónicas, emotivas e íntimas, de su amiga Monica Lewinsky, y luego las hizo públicas. La misma Tripp argumenta que era su deber patriótico exponer la conducta inmoral del presidente.
¿Acaso un deber como éste justifica haber traicionado la amistad? ¿Puedes imaginar una situación en la que la obediencia a un principio moral más alto podría llevarte a traicionar a un amigo?
¿Qué pasaría si el mejor amigo o, peor aún, tu hermano fuera uno de los criminales más buscados por la policía?
En en plano laboral, consideramos que el trabajo es la clave del estatus, la prosperidad material y, con frecuencia, de la autoestima. Tener un trabajo bien remunerado, que nos ofrezca recompensas tangibles e intangibles, es el pináculo del sueño americano.
De manera ideal, el trabajo que amas debe ser posible bajo condiciones que no desafíen tu moral personal. Pero, ¿qué ocurriría si fueras el director de relaciones humanas en un prestigioso bufete de abogados y supieras que tu compañía está involucrada en prácticas que consideras poco éticas?
Tú no contribuyes de manera directa a ninguna de esas prácticas ocultas.
¿Tu conciencia te permitirá seguir trabajando ahí?.
¿Qué pasaría si la compañía sólo maltrata a algunos de sus empleados, por ejemplo, les paga menos o les niega la promoción debido a prejuicios de alguna índole?
Es posible que los empleados mismos lo ignoren, pero tú lo sabes. ¿Te sentirías moralmente obligado a renunciar?
¿Y si fueras el contador, el supervisor de mantenimiento o el velador? ¿Una responsabilidad menor hace más fácil tu decisión?