Había una vez un pequeño gnomo llamado Nimb, que vivía
en un rincón oculto del bosque, junto a un lago encantado.
Nimb era conocido por su sabiduría y por su habilidad para
contar las historias más maravillosas durante las noches
de luna llena. Su hogar era una acogedora casa mágica,
con techos puntiagudos y ventanas que siempre brillaban
con una luz cálida y bienvenida. Una noche, mientras el cielo
estrellado se reflejaba en el tranquilo lago y la luna creciente
iluminaba el paisaje, Nimb se sentó en la orilla, como
de costumbre, listo para contar una de sus fábulas
a las criaturas del bosque que se reunían alrededor de él.
"Érase una vez," comenzó Nimb, "un joven ciervo llamado
Luno que vivía en este mismo bosque. Luno era conocido
por su valentía y su corazón puro, pero también tenía un
sueño secreto: deseaba poder volar y ver el mundo desde
las alturas. Cada noche, miraba al cielo y deseaba ser libre
como los pájaros."
Un día, mientras vagaba por el bosque, Luno encontró una
piedra brillante junto al lago. La piedra emitía un resplandor
mágico y parecía estar llena de energía. Luno, curioso,
la tocó con su pezuña, y en ese mismo instante, apareció ante
él una hada, Lyria, el Hada de la Luz.
Continua.