Title

Title

Por favor ingresa o regístrese.

Ingresar con nombre de usuario, contraseña y duración de la sesión

Administración: ღღ Cloncita ღღ Moderador Global: ღღ Carlos ღღ

Alcanzaste el límite de páginas para ver hoy

Autor Tema: LA GALLINA ROBADA Y LA GENEROSIDAD  (Leído 18 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

Desconectado Boxinggirl

LA GALLINA ROBADA Y LA GENEROSIDAD
« on: 29 de Agosto de 2024, 02:28:22 am »

El Cuento de la Gallina Robada y la Generosidad
En un pequeño pueblo campestre, rodeado de montañas y ríos cristalinos, vivía una familia numerosa en una modesta cabaña de madera. Los padres, María y Juan, eran trabajadores incansables, pero la suerte no siempre estaba de su lado. Con nueve hijos que alimentar, la vida en el campo no era fácil. Juan había perdido su empleo, y las oportunidades en el pueblo eran escasas. Cada día era una lucha para poner algo de comida en la mesa.
Una noche, mientras todos los niños dormían, María y Juan conversaban en voz baja, preocupados por lo que el día siguiente les depararía. No tenían nada para cocinar y sus corazones estaban llenos de angustia. Sin embargo, lo que no sabían es que Carmen, su hija mayor, estaba despierta en su cama, escuchando cada palabra. Carmen, una niña de diez años, era conocida por su responsabilidad y por siempre preocuparse por el bienestar de su familia.
Esa noche, Carmen no pudo conciliar el sueño. Se quedó pensando en cómo podría ayudar a sus padres. Recordó que la vecina, doña Ana, tenía un corral con varias gallinas. "Si se le pierde una, quizás no lo note," pensó Carmen. Y con esa idea en mente, decidió que al día siguiente tomaría una de las gallinas para que su madre pudiera preparar un guiso.
A la mañana siguiente, mientras todos en la casa aún dormían, Carmen salió con sigilo. Sabía que doña Ana y su familia iban al mercado los sábados, así que aprovechó la oportunidad. Tomó un puñado de maíz, atrajo una de las gallinas hasta su casa, y con gran alegría se la llevó a su madre.
—Mamá, la vecina nos regaló esta gallina —dijo Carmen con una gran sonrisa—. Hoy podremos comer.
María, sorprendida pero aliviada, aceptó la historia sin cuestionarla. Después de todo, su hija nunca mentía. Pronto, la cabaña se llenó del aroma de un delicioso guiso de gallina, y toda la familia se reunió para disfrutar de una comida que parecía caída del cielo.
Sin embargo, cuando doña Ana regresó del mercado, notó de inmediato que faltaba una gallina en su corral. Como era una mujer astuta y con un excelente olfato, no tardó en darse cuenta de lo que había sucedido. El olor a caldo de gallina que emanaba desde la cabaña de María le confirmó sus sospechas.
Llena de ira, doña Ana se dirigió a la casa de la familia pobre, y sin previo aviso, irrumpió en la cocina.
—¡Ustedes se han robado mi gallina! —gritó doña Ana, mientras todos en la casa quedaban petrificados.
Carmen, con el corazón en la mano, no tuvo más remedio que confesar. Entre lágrimas, explicó que había escuchado la conversación de sus padres la noche anterior y, desesperada por ayudarlos, tomó la gallina. Rogó a doña Ana que la perdonara.
Pero el enojo de doña Ana era tan grande que, sin decir más, tomó la olla con todo y gallina y salió refunfuñando de la casa. La familia quedó en silencio, abatida por lo ocurrido. Sin embargo, al llegar a su hogar, doña Ana comenzó a reflexionar con su propia familia. Pensó en la desesperación que llevó a Carmen a hacer lo que hizo y en la difícil situación de la familia. Poco a poco, su ira se transformó en compasión.
Al cabo de unas horas, doña Ana acompañada de varios de sus hijos regresó a la cabaña, esta vez con la olla, la gallina ya cocida y además, con una bolsa llena de víveres.
—No debí reaccionar así —dijo doña Ana con voz suave—. Entiendo lo difícil que es la situación. Aquí tienen, esta comida les durará para toda la semana. Y no se preocupen por la gallina.
La familia no podía creer lo que estaba ocurriendo. Todos se llenaron de alegría y gratitud, abrazando a doña Ana entre lágrimas de felicidad. Carmen, aún con los ojos llorosos, agradeció a la vecina por su generosidad.
Desde aquel día, doña Ana se dio cuenta de que es mejor dar que recibir. Su corazón se llenó de alegría al ver la felicidad en los rostros de la familia de María y Juan. Comprendió el valor de compartir sus bendiciones con quienes más lo necesitan, y la relación entre ambas familias se fortaleció como nunca antes.
Así, en aquel pequeño pueblo, no solo se cocinó un guiso de gallina, sino que también se cocinó una lección de vida: la generosidad y la compasión pueden transformar el más oscuro de los días en una celebración de amor y humanidad.


Bienvenido a Rincón Hispano "Regístrate"

Desconectado » Mr. Charles «

Re:LA GALLINA ROBADA Y LA GENEROSIDAD
« Respuesta #1 on: 03 de Septiembre de 2024, 09:48:05 am »
 
 Mis saludos para todos
Bienvenido a Rincón Hispano "Regístrate"

Bienvenido a Rincón Hispano "Regístrate"

Desconectado ◈Minette◈

Re:LA GALLINA ROBADA Y LA GENEROSIDAD
« Respuesta #3 on: 04 de Septiembre de 2024, 06:48:51 pm »
Hermosa reflexión.

Bienvenido a Rincón Hispano "Regístrate"

Bienvenido a Rincón Hispano "Regístrate"