Prueba decir lo siguiente:
“Cuando yo te pido que te vayas a acostar y tú no me obedeces, yo me siento enojada; me cansa tener que repetir las cosas muchas veces y me entristece que únicamente respondes cuando te pego un grito. ¿Qué podríamos hacer para que esta situación cambie y empecemos a educar sin golpes?”
Este ejemplo nos permite ver qué es y qué no es Prohibido Castigar.
Prohibido Castigar SÍ Prohibido Castigar NO
Enuncia de manera clara y específica el problema; utiliza frases como “cuando yo te pido que te vayas a acostar y tú no me obedeces…” No es permitirle al niño hacer todo lo que quiera, solapar lo que ha hecho, o funcionar como si nada hubiera pasado
Utiliza un tono de voz normal – con lo cual invitas al diálogo y muestras que tú estás en control – de ti misma y de la situación No es controlar la conducta del niño a través de gritos, amenazas o castigos; no es ponerte histérica para conseguir resultados
Describe tus sentimientos, con frases como “yo me siento enojada,” “me cansa…” o “me entristece…” – esto permite que el niño se dé cuenta del efecto que sus acciones tienen sobre los demás No es permitir que el niño se salga con la suya, ignorar lo que sientes frente a la situación, o “borrarte” de la escena porque “lo más importante es no lastimar al niño”
Hace referencia a una acción concreta, específica y fácilmente descriptible – se centra en el aquí y el ahora, evita las generalizaciones (“cuando yo te pido que te vayas a acostar y tú no me obedeces…”) No es ponerte histórica – con frases como “tú siempre,” “tú nunca,” “toda la vida,” “cuántas veces tengo que decirte que,” “te he pedido un millón de veces,” etc.
Invita al diálogo, a buscar una solución concreta y conjunta (“Qué podríamos hacer para que esta situación cambie?”) No es una negociación, ni un regateo (“si te portas bien, te levanto el castigo de ayer…”)
Habla en positivo (“Cuando termines de hacer tu tarea, puedes ver la televisión”)No es hablar en negativo (“Si no haces tu tarea, no puedes ver la televisión”)
Evita generalizaciones, comparaciones y acusaciones (“Sé que hoy amaneciste mojado, pero también veo que te estás esforzando; qué puedes hacer para que hoy en la noche…?”) No generaliza, compara y acusa (“Tu hermano es más chiquito que tú y ya…”)