Autor Tema: Diario de San Óscar Romero_28 de enero (Leído 19 veces)

❄️Nerejda❄️ · « **on:** 17 de Diciembre de 2022, 07:59:56 am »

Diario de San Óscar Romero_28 de enero
Lunes 28 de enero de 1980
Hoy comencé mi viaje a Bélgica para recibir el doctorado honorario de la Universidad de Lovaina. La ruta que me planearon era volar Pan American a Guatemala, Miami, Madrid, Roma -donde pasaré dos días trabajando- y luego a Lovaina, Bélgica. El avión partió a las ocho de la mañana, después de haberme despedido de mi hermana, otros familiares, algunas monjas y sacerdotes.

El paisaje ha sido muy pintoresco y he sentido una gran paz, aunque me preocupa lo que pueda pasar en mi país. Pero cuando me iba, la Madre Luz, superiora del Hospital de la Divina Providencia, me recordó el Salmo que rezamos esta mañana: “El Señor pastorea a su pueblo”. el Señor apacentara este rebaño que dejo, aunque no quiera, voy a cumplir con otra responsabilidad que también está al servicio de la Iglesia, porque creo que este honor que estoy recibiendo no es un mero tributo para mí, sino que también es un apoyo para el trabajo pastoral de nuestra archidiócesis, es también un apoyo general para todos aquellos cuyo trabajo pastoral sigue la dirección indicada para la Iglesia por el Concilio Vaticano II.

Cerca del mediodía llegamos a Miami, donde tuvimos que esperar varias horas, ya que el vuelo a Madrid no salía hasta las cinco de la tarde. Después de una noche muy corta, llegamos a Madrid de madrugada, aunque nuestros relojes marcaban las once de la noche. El invierno oscurece mucho la mañana; parecía ser de noche, no de las siete de la mañana, cuando la gente comenzaba a ir a trabajar.

Sobre las nueve de la mañana, tras una espera en el aeropuerto de Madrid, cogimos el vuelo a Roma. Tuve la misma emoción que siempre tengo: Roma para mí significa volver a la cuna, volver a casa, volver a la fuente, al corazón, al cerebro de nuestra Iglesia. He pedido al Señor que conserve mi fe y mi lealtad a Roma, que Cristo eligió para ser la sede del pastor universal, el Papa.

El padre Juan Bosco nos llevó al Pensionato Romano; había sido tan amable de venir al aeropuerto a recogernos. Nuestra primera visita después del almuerzo fue a St. Basílica de San Pedro. La expedición que siempre me ha gustado hacer: la visita al Santísimo Sacramento, la visita a la tumba del apóstol S. Peter, la visita a la tumba de St. Pío X y la visita a las tumbas de los papas, donde sentí una emoción especial al rezar ante la tumba de Pablo VI. Recordé tantas cosas de sus conversaciones conmigo, en las visitas en que tuve el honor y la bendición de ser admitido en audiencia privada.

Después fuimos a buscar al Cardenal Pironio, pero estaba muy ocupado con el Sínodo de los Obispos holandeses. Él me avisará cuando pueda recibirme.

Caminamos por las calles adyacentes a St. Plaza de Pedro. Todo esto me hace recordar mis años de seminario en el Pío Latino y renueva mi fe y entusiasmo sacerdotal. Las hermanas dominicas nos invitaron a cenar. Habían venido a buscarnos, pero no habíamos hecho un arreglo definitivo, así que llegamos antes que ellos y no nos encontraron. También nos habían preparado una habitación en su casa de Monte Mario. Para tratar de devolver un poco esta generosidad, tuve el placer de ir a cenar con ellos y hablarles de lo que está pasando en nuestro país.

Fuente: Archbishop Romero’s Diary, pages: 463-464
Traducido del Inglés por Nerejda
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❄️Nerejda❄️ · « **Respuesta #1 on:** 17 de Diciembre de 2022, 08:01:00 am »

TEXTO EN INGLÉS_Archbishop Romero’s Diary_January
Monday, January 28
Today I began my trip to Belgium to receive the honorary doctoral degree from the University of Louvain. The route they planned for me was to fly Pan American to Guatemala, Miami, Madrid, Rome-where I will spend two days working-and then to Louvain, Belgium. The plane left at eight o'clock in the morning, after I had said good-bye to my sister, other relatives, some nuns and priests.

The scenery has been very picturesque and I have felt a great peace, even though I am worried about what could happen in my country. But when I was leaving, Mother Luz, superior of the Divine Providence Hospital, reminded me of the Psalm we prayed this morning: ''The Lord shepherds his people." [294] She said I should be calm, that everyone would pray that the Lord would pasture this flock that I am leaving, even though I do not want to. I am going to carry out another responsibility that is also in service to the Church, because I believe that this honor I am receiving is not merely a tribute to me, but also provides support for the pastoral work of our archdiocese. It is also general support for everyone whose pastoral work follows the direction indicated for the Church by the Second Vatican Council.

Around noon we got to Miami, where we had to wait for several hours, since the flight for Madrid was not leaving until five o'clock in the afternoon. After a very short night, we arrived at Madrid at dawn, although our watches said eleven o'clock at night. The winter makes the morning very dark; it seemed to be night, not seven o'clock in the morning, when people were beginning to go to work.

Around nine o'clock in the morning, after a wait in the Madrid airport, we took the flight to Rome. I had the same emotion that I always do: Rome for me means a return to the cradle, going home, returning to the source, to the heart, the brain of our Church. I have asked the Lord to preserve my faith and my loyalty to Rome, which Christ chose to be the seat of the universal pastor, the pope.

Father Juan Bosco drove us to the Pensionato Romano; he had been so kind as to come to the airport to pick us up. Our first visit after lunch was to St. Peter's Basilica. The expedition that I have always liked to make: the visit to the Blessed Sacrament, the visit to the tomb of the apostle St. Peter, the visit to the tomb of St. Pius X and the visit to the tombs of the popes, where I felt a special emotion on praying at the tomb of Paul VI. I remembered so many things from his conversations with me, in the visits in which I had the honor and the blessing to be admitted to a private audience.

Afterward we went to look for Cardinal Pironio, but he was very busy with the Dutch Bishops' Synod. He will let me know when he is able to receive me.

We walked around the streets adjacent to St. Peter's Square. All ofthis makes me remember my seminary years in the Pfo Latino and renews my faith and priestly enthusiasm. The Dominican Sisters invited us to dinner. They had come to meet us, but we had not made a definite arrangement and so we arrived before they did and they did not find us. They had also prepared a room for us in their house at Monte Mario. To try to repay this generosity a little, I was pleased to go to dinner with them and talk to them about what is happening in our country.

Notes
294 See Psalm 95:7.

Fuente: Archbishop Romero’s Diary, pages: 463-464
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☀️Amor Mío☀️ · « **Respuesta #2 on:** 04 de Febrero de 2023, 12:15:40 am »