Autor Tema: Diario de San Óscar Romero_22 de enero (Leído 16 veces)

❄️Nerejda❄️ · « **on:** 16 de Diciembre de 2022, 03:40:23 pm »

Diario de San Óscar Romero_22 de enero
Martes 22 de enero de 1980
Hoy estuvo marcado por la tragedia. Tal día como hoy en 1932 se inició la gran masacre del General Martínez contra una llamada revolución comunista en el occidente del país. Para conmemorar este aniversario, las organizaciones políticas populares y otras organizaciones de izquierda organizaron una manifestación conjunta en San Salvador, la más numerosa, dicen, en toda la historia de nuestra nación. Y en verdad, empezó en la estatua del Divino Salvador y siguió por cuadras y cuadras hacia el centro de la ciudad. Pero cuando llegó a Palacio Nacional, el fuego de las ametralladoras desbarató esta hermosa manifestación, que en realidad era una fiesta popular. Se dispersaron en todas direcciones, refugiándose en la catedral, en la iglesia del Rosario, en las tiendas y en todos los lugares cercanos donde pudieran esconderse. Varios cadáveres quedaron en las calles; también numerosos heridos, que fueron trasladados a los centros de primeros auxilios. Los cadáveres fueron retirados después de haber sido vistos por los jueces. Solo en la catedral había once cuerpos por la noche.

Es misterioso. Inmediatamente me llamaron del palacio presidencial, alarmados por lo sucedido. Recibí noticias del Ingeniero Héctor Dada, miembro de la junta revolucionaria, quien me informó que los disparos no provenían de las fuerzas de seguridad porque estaban todos en sus cuarteles; que habían visto a algunas personas disfrazadas de militares participando en la manifestación; y que la denuncia que hizo desde la Iglesia El Rosario Marianela García, miembro de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, quien había dicho que había policías alrededor de la iglesia y pedía que los retiraran, era falsa-porque, según para el gobierno, no existía tal policía; las balas que se han encontrado no procedían de las fuerzas de seguridad, etc.

Por otro lado, los reporteros que presenciaron los hechos y el testimonio de muchos testigos indican que soldados en el balcón de Palacio Nacional habrían disparado contra la multitud. Algunos están seguros de que hubo alguna provocación antes de esta acción por parte de los soldados. La verdad es muy confusa. En cuanto a la Iglesia, hemos iniciado tranquilamente una investigación para emitir un juicio informado.

Hemos tratado de cooperar en esta tragedia, ayudando a evacuar a las personas que se encontraban en la catedral -unos trescientos refugiados- que fueron trasladados a la cancillería, donde se les proporcionó comida y un lugar para dormir. Las hermanas y otras instituciones católicas han sido muy generosas en colaborar en esta ayuda dada por la Iglesia.

Gran parte de la multitud se refugió en la universidad, donde calculan que hay unas cuarenta mil personas. La noche ha sido trágica. Ha habido bombas en diferentes puntos de la ciudad. Uno de ellos fue colocado, sin duda por la extrema derecha, en la antena de nuestra emisora católica YSAX, que ha sufrido algunos daños, aunque no de gravedad. Domus Mariae, donde se ubica la antena, también ha sufrido algunos daños en su estructura.

En otra intercesión en la residencia presidencial, le pedí a Sigfrido Munes, quien está a cargo de la Oficina de Información, que no vincule todas las estaciones privadas a Radio Nacional porque eso le quitaría la espontaneidad y el pluralismo informativo. Pero el señor Munes me dijo que era una forma de evitar que se tergiversara la noticia y que todos los servicios se unirán a través de la red nacional de radio. Insistí en que esto no se hiciera de forma permanente. Sin embargo, esta red nacional ha continuado, quitando así toda iniciativa y toda participación de las distintas emisoras que tan buenos servicios sociales e informativos venían prestando.

Ha habido más contacto con el gobierno y con diferentes sectores del pueblo en la intercesión que la Iglesia ha ofrecido voluntariamente. En cuanto al trabajo de la cancillería, casi todo el mundo se ha contagiado de la psicosis del país. No han faltado las visitas a las oficinas arquidiocesanas, con el mismo nerviosismo que provoca esta situación de violencia.

Fuente: Archbishop Romero’s Diary, pages: 454-456
Traducido del Inglés por Nerejda
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❄️Nerejda❄️ · « **Respuesta #1 on:** 16 de Diciembre de 2022, 03:41:22 pm »

TEXTO EN INGLÉS_Archbishop Romero’s Diary_January
Tuesday, January 22
Today was marked by tragedy. On this day in 1932 was begun the great massacre by General Martfnez against a so-called communist revolution in the western part of the country. [290] To commemorate this anniversary, the popular political organizations and other leftist organizations organized a joint demonstration in San Salvador- the largest, they say, in the entire history of our nation. And truly, it started at the statue of the Divine Savior and went on for blocks and blocks toward the center of the city. But when it reached the National Palace, machine- gun fire broke up this beautiful demonstration, which was really a popular fiesta. They dispersed in all directions, taking cover in the cathedral, in El Rosario Church, in the stores and all the places nearby where they could hide. Several dead bodies were left in the streets; also many wounded, who were taken to the first aid centers. The dead bodies were taken away after having been seen by the judges. In the cathedral alone there were eleven bodies by the evening.

It is mysterious. They called me immediately from the presidential palace, alarmed by what had happened. I received word from Ingeniero Hector Dada, member of the revolutionary junta, who informed me that the gunfire did not come from the security forces because they were all in their barracks; that they had seen some people disguised as members of the military participating in the demonstration; and that the complaint that was made from El Rosario Church by Marianela Garcia, member of the Human Rights Commission of El Salvador, who had said that there were police agents around the church and asked that they be pulled back, was false-because, according to the government, there were no such police; the bullets that have been found did not come from the security forces, etc.

On the other side, reporters who were present at the events and the testimony of many witnesses indicate that soldiers on the balcony of the National Palace had fired on the crowd. Some are sure that there was some provocation before this action on the part of the soldiers. The truth is very confused. As for the Church, we have calmly begun an investigation in order to make an informed judgment.

We have tried to cooperate in this tragedy, helping to evacuate the people who were in the cathedral-some three hundred refugees-who were taken to the chancery, where they were provided with food and a place to sleep. The sisters and other Catholic institutions have been very generous in collaborating in this aid given by the Church.

A large part of the crowd took refuge in the university, where they estimate that there are some forty thousand people. The night has been a tragic one. There have been bombs in different parts of the city. One of them was placed, doubtless by those of the extreme right, in the antenna of our Catholic radio station, YSAX, which has suffered some damage, although it is not serious. Domus Mariae, where the antenna is located, also has suffered some damage to its structure.

In another intercession at the presidential residence, I asked Sigfrido Munes, who is in charge of the Information Office, not to link all of the private stations to Radio Nacional because that would take away the spontaneity and the pluralism of information. But Mr. Munes told me that it was a way to prevent the news being twisted around and that all of the services will be joined through the national radio network. I insisted that this not be done permanently. Nevertheless, this national network has continued, removing in this way all initiative and all participation of the different stations that have been providing such good social and informational services.

There has been further contact with the government and with different sectors of the people in the intercession that the Church has offered voluntarily. As far as the work of the chancery, almost everyone has been infected by the psychosis of the country. There has been no lack of visits to the arch diocesan offices, with the same nervousness caused by this violent situation.

Notes
290 La Matanza, "the slaughter," was the government's response to the revolution led by Farabundo Marti (from whom the FMLN takes its name). Thousands of peasants were massacred by the army.

Fuente: Archbishop Romero’s Diary, pages: 454-456
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☀️Amor Mío☀️ · « **Respuesta #2 on:** 04 de Febrero de 2023, 12:08:44 am »