Autor Tema: ESPACIO SAGRADO_Mateo 23: 23-26 (Leído 95 veces)

☀️Amor Mío☀️ · « **on:** 08 de Diciembre de 2022, 08:47:19 pm »

ESPACIO SAGRADO_Mateo 23: 23-26
La Palabra de Dios

Jesús dijo: "¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes pagan el diezmo hasta sobre la menta, el anís y el comino, pero no cumplen la Ley en lo que realmente tiene peso: la justicia, la misericordia y la fe.
Ahí está lo que ustedes debían poner por obra, sin descartar lo otro. ¡Guías ciegos! Ustedes cuelan un mosquito, pero se tragan un camello.
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes purifican el exterior del plato y de la copa, después que la llenaron de robos y violencias. ¡Fariseo ciego! Purifica primero lo que está dentro, y después purificarás también el exterior."

Reflexiones sobre la lectura de hoy
Desde afuera, el comportamiento de los Fariseos y Escribas es impecable; pero al interior falta el verdadero espíritu del Evangelio. Al interior están “llenos de avaricia y auto-complacencia”. El verdadero espíritu del Evangelio es de amor, integridad, compasión y sentido de justicia para todos.
Debemos hacer una revisión de nuestro interior e identificar alguno de éstas actitudes en nuestras vida.
Preguntándonos ¿A qué nos parecemos en nuestro interior y exterior? Tratemos de ser lo más honesto posible durante el tiempo de oración, recordemos que Jesús siempre ve nuestros corazones y nos ama incondicionalmente.

☀️Amor Mío☀️ · « **Respuesta #1 on:** 08 de Diciembre de 2022, 08:48:26 pm »

ESPACIO SAGRADO_Mateo 23: 23-26
La Palabra de Dios

Reflexiones sobre la lectura de hoy
Desde afuera, el comportamiento de los Fariseos y Escribas es impecable; pero al interior falta el verdadero espíritu del Evangelio. Al interior están “llenos de avaricia y auto-complacencia”. El verdadero espíritu del Evangelio es de amor, integridad, compasión y sentido de justicia para todos.
Debemos hacer una revisión de nuestro interior e identificar alguno de éstas actitudes en nuestras vida.
Preguntándonos ¿A qué nos parecemos en nuestro interior y exterior? Tratemos de ser lo más honesto posible durante el tiempo de oración, recordemos que Jesús siempre ve nuestros corazones y nos ama incondicionalmente.