Fábula de León Sigüenza
EL SUNCHICHE Y EL ZOPILOTE (Página 52)
Dicen que analizada con paciencia.
Una gota de agua,
se forma fiel concepto de la fuent
de donde es tomada.
Y que si un rayo de la luz recoge
la barra prismática
en él se estudia el sol perfectamente
con pocas miradas.
Sobre el particular he formulado
una de mis fábulas,
que está para el asunto de que trato
como ni pintada.
Hallábase un Sunchiche entre unas piedras
de su nido estaba
y por un agujero la cabeza
un poco asomaba.
Un joven Zopilote con sardonia
se rió al divisarla.
Vaya -dijo- qué extraña y horrorosa
es esa tu calva.
Con ese cuerpo singular desnudo
de piel colorada,
se han de reír los animales todos
en tus propias barbas.
Contémplame y envidia mi plumaje
Que parece capa,
Que en el invierno rudo me guarece
Del frío y del agua
Pues mírame mi cuerpo, hermano mío,
(dijo el de la calva)
y verás si no soy un animal
de tu misma casta.
Solamente me has visto la cabeza
que es lisa y pelada,
y ya juzgas a toda mi persona
también desplumado.
Por una parte no se infiere el todo
ni se infiere nada,
pero esto, sobre todo, es aplicable
a obras literarias.
Pues es una verdad la que hoy repito,
aunque es muy trillada:
a ningún escritor se justiprecia
por una obra mala.