🐣⊹⊱༒LA VENGANZA DE OLGA༒⊰⊹🐣
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La venganza de Olga fue servida en cuatro brutales actos en los que el engaño y la diplomacia jugaron un papel esencial.
Olga la Regente de la Rus de Kiev, un reino medieval gobernado por vikingos y germen de las actuales Rusia, Ucrania y Bielorusia, Olga sintió el peso de la corona sobre sus hombros cuando su marido, Igor de Kiev, fue asesinado de forma traicionera por los drevlianos, una tribu que se negaba a pagar impuestos.
El magnicidio dejó al reino de la Rus -que era una amalgama de tribus paganas, culturalmente heterogéneas y en constante enfrentamiento- en una posición delicada: con un heredero de tan solo tres años (Sviatoslav) y Olga, de 25 años, como regente.
Los drevlianos quisieron aprovecharse de ella con un ultimátum: o se desposaba con un prócer de su tribu o el país se desmoronaría tras el asesinato del rey. La joven, aparentemente, accedió al chantaje.
OLga era hija de colonos vikingos pobres afincados cerca de la actual Peskov (Rusia), Olga y el príncipe Igor, también de ascendencia vikinga, se casaron por amor. Algo raro en la época medieval.
Por eso, Olga no estaba dispuesta a desposarse con los asesinos de su marido, ni a entregarles el trono que debería ser para su hijo. Aun así, mantuvo la calma.
Respondió al ÓRDAGO DE LOS DREVLIANOS pidiendo que enviasen a sus 20 MEJORES PRETENDIENTES en barco desde Iskorosten, la capital drevliana. Un bote que, en señal de respeto, sería llevado en volandas por Kiev hasta su palacio, donde tendrían una audiencia con Olga. Sin embargo, Olga ordenó cavar un foso de grandes dimensiones en medio de la ciudad. Cuando el barco con los casamenteros llegó, fue llevado por la población hasta el agujero, donde nave y tripulación fueron arrojados y enterrados vivos.
Con el plan en marcha Olga se apresuró a dar el siguiente paso. Mandó embajadores a Iskorosten pidiendo conocer a MÁS PRETENDIENTES, que en este caso debían llegar a pie y les hizo creer que los que habían llegado en barco estaban de viaje conociendo el país.
De este modo llegó una nueva oleada de casamenteros hasta Kiev. Fueron agasajados con alcohol y un baño en la sauna antes de conocer a Olga. Cuando estaban desarmados, beodos y disfrutando del vapor de la sauna, la reina ordenó atrancar las puertas y prender fuego a las saunas.
Volvió a enviar un nuevo embajador para comunicarles que viajaría con su séquito hasta las tierras de los drevlianos para ofrecer un banquete de desagravio por la muerte de su esposo, como paso previo a elegir un nuevo marido. Olga emprendió la marcha con gran cantidad de hombres, comida, bebida y carpas para celebrar un copioso banquete a las afueras de Iskorosten. Una fiesta a la que acudieron 5.000 drevlianos a los que se agasajó con caza, cerveza, vino e hidromiel. Cuando Olga comprobó que sus enemigos se encontraban ebrios y empachados, ordenó a sus hombres pasar a cuchillo a los invitados.
A partir de este momento Olga pasa a la ofensiva total y lidera a sus huestes en el sitio de Iskorosten. Un asedio que se prolongó durante meses en stand by: las murallas eran demasiado robustas para un ataque frontal pese a que los sitiados habían perdido a la mayoría de sus hombres en edad militar.
Cuando las reservas de comida de la ciudad se encontraban prácticamente agotadas, Olga hizo llegar una oferta a los sitiados: su ejército levantaría el asedio si cada casa le entregaba tres pájaros. Algo que los drevlianos aceptaron de buena gana. Apresaron y enviaron cientos de jaulas con aves a los sitiadores.
Al caer la noche, la reina Olga pidió a sus leales que atasen tiras de tela untadas en brea a las patas de los pájaros y que les prendieran fuego antes de soltarlos. Heridas por el fuego y desorientadas, las aves regresaron a sus nidos en los tejados de las casas, convirtiendo a la ciudad en pasto de las llamas. Mientras tanto, las tropas que permanecían extramuros mataron a quienes intentaban escapar.
Solo cuando la urbe se vio reducida a cenizas, la venganza de Olga se vio satisfecha y su liderazgo pasó a ser incontestable. Gobernó la Rus de Kiev con mano de hierro hasta que su hijo Sviatoslav se convirtió en rey. Entonces, Olga viajó a Constantinopla y descubrió la fe cristiana. Allí se arrepintió de sus pecados y de sus creencias paganas antes de ser bautizada. Olga regresó a la Rus de Kiev y se centró en la construcción de iglesias y en cristianizar a sus pobladores paganos. Unos esfuerzos por los que siglos después sería canonizada como Santa Olga de Kiev.