ALEXITIMIA
Amor, odio, miedo…
¿Te imaginas cómo sería no saber identificar ni expresar tus propias emociones?
La alexitimia es un trastorno complejo.
Se trata de la incapacidad de identificar y expresar las emociones, caracterizándose por una falta de empatía en la que a la persona le cuesta conectar con otros.
La alexitimia es la incapacidad de hacer o corresponder las acciones con las emociones, así como también otras características sintomáticas que se asocian a ella.
Las manifestaciones alexitímicas nucleares son cuatro:
La incapacidad para expresar verdaderamente las emociones o los sentimientos.
La limitación de la vida imaginaria.
La tendencia a recurrir a la acción para evitar y solucionar los conflictos.
La descripción detallada de los hechos, de los síntomas físicos, actividad del pensamiento orientada hacia preocupaciones concretas.
La alexitimia tiene como factor central un problema de la función simbólica, es decir, la incapacidad para expresar la dimensión inconsciente en palabras, ensueños y fantasías.
La alexitimia tiene el sentido de "incapacidad para leer o expresar los sentimientos.
Se trata de un trastorno mental muy extendido entre la población: afecta a una de cada siete personas. En particular, la alexitimia se manifiesta en el 85% de los afectados por trastornos del espectro autista.
Aunque se trata de un padecimiento descrito generalmente como de carácter psicológico, los neurólogos han observado en los pacientes alexitímicos, anomalías en una zona cerebral cuya función sería la de vincular el crisol de las emociones con la zona que toma conocimiento de estas emociones, las analiza y las formula.
CAUSAS
La alexitimia primaria puede deberse a factores hereditarios, manifestándose en ese caso desde la infancia; o aparecer como consecuencia de alguna enfermedad neurológica, como la esclerosis múltiple o el párkinson, o como causa de ictus, traumatismos o tumores cerebrales.
La alexitimia se caracteriza por una deficiente 'mentalización' de las emociones: las sensaciones corporales aparecen escasa o nulamente asociadas a estados mentales. Las causas deben buscarse en los primeros años de la infancia. El niño pequeño, que no posee todavía estados mentales jerarquizados y asociados a conceptos o palabras, aborda el mundo de las emociones por intermedio de su cuerpo.
Los sentimientos de deseo o de cólera se manifiestan también mediante sensaciones somáticas. Los padres desempeñan un papel importante en esta evolución canalizando con sus palabras las sensaciones físicas hacia la mentalización, esto es, hacia la adscripción de etiquetas a esas sensaciones, que servirán para identificarlas y comunicarlas. Estos intercambios lingüísticos es probable que sean determinantes para la formación de amplios repertorios de sensaciones asociadas a palabras o a pensamientos.