Un sabueso contaba con numerosos amigos,
entre los cuales se encontraban un gato, un burro, una ardilla.
Sin embargo, su relación con el zorro era tensa, ya que, sin
haber intercambiado palabras, le resultaba desagradable debido
a su apariencia tan amenazante.
Un día, mientras el sabueso exploraba una zona deshabitada,
se topó con un pozo. Por curiosidad, se acercó
al borde, asomó la cabeza y, lamentablemente, se desmayó,
cayendo al fondo.
Al recobrar el conocimiento,
comenzó a clamar por ayuda. El gato, uno de sus amigos
que se beneficiaba de su comida, lo escuchó. Al acercarse y verlo
en el fondo, le preguntó: "¿Cómo llegaste allí abajo?"
El sabueso respondió: "Me desmayé y caí aquí, por favor, ayúdame."
El gato lo miró y le dijo: "Lo siento, amigo, pero debes salir como
puedas. Tengo asuntos que atender." Y, sin más, se marchó.
Después de un tiempo, el burro, otro de los amigos del sabueso,
escuchó su grito de auxilio. Se acercó y le preguntó cómo había
legado a esa situación.
El sabueso le explicó lo que sucedía y le solicitó ayuda, pero el
burro respondió: "Lo siento, amigo, pero debes salvarte como
puedas. Debo irme a la pradera, tengo asuntos importantes
que atender." Tras estas palabras, el burro se alejó sin mirar
atrás, negándole la ayuda a su mejor amigo, el sabueso.
Más tarde, la ardilla escuchó también sus súplicas.
Al acercarse, le hizo la misma pregunta que el burro y el gato.
Finalmente, la ardilla también se negó a ayudarlo y se marchó,
alegando que tenía cosas que hacer.
El sabueso se encontraba exhausto de solicitar ayuda y estaba
a punto de rendirse cuando, de repente, gritó por última vez:
"¡Socorro, socorro!". En ese momento, el zorro pasaba por el
lugar y, al acercarse, vio al sabueso atrapado en el fondo
del pozo. Sin dudarlo, le lanzó una soga para ayudarle a salir.
Al alcanzar la superficie, el sabueso le agradeció:
"Gracias, amigo, no sé cómo podré recompensarte".El zorro
respondió:"No me debes nada. Te he ayudado de corazón".
Luego, el sabueso añadió: "Perdóname por haberte juzgado
sin conocerte. A veces, quienes consideras amigos no lo son,
y el que menos esperas es quien te tiende la mano.
A partir de ahora, seremos buenos amigos". Así fue como
comenzó una buena amistad.
Autor: Emmanuel Emilio montero.