Autor Tema: 17 DE ABRIL CAMBOYA SE HACE CAMINO AL ANDAR (Leído 472 veces)

💠🎋Lanina🎋💠 · « **on:** 16 de Abril de 2016, 09:24:43 pm »

EL GENOCIDIO CAMBOYANO: THE KILLING FIELDS Y EL S-21
Homo homini lupus est (El hombre es un lobo para el hombre)
El que protesta es un enemigo; el que se opone, un cadáver.
Pol Pot, líder de los Khmers Rouges

El 17 de abril de 1975, los Khmers Rouges o Jemeres Rojos entraron en Phnom Pen, la capital camboyana, entre vítores y gritos de alegría. La gente los recibió cual liberadores del régimen de Lon Nol y del imperialismo yanqui. Con la excusa de que los norteamericanos iban a bombardear las ciudades, los Jemers Rojos las vaciaron de toda su gente. “Tranquilos, no cojáis nada que volveréis en tres días”, decían los soldados con una sonrisa en la boca. Ese primer éxodo masivo hacia el campo marcaría el principio de un exterminio que duraría menos de cuatro años, tiempo suficiente para que los Jemeres aniquilaran a más de un tercio de la población. Cualquier ciudadano podía ser esclavizado, torturado o asesinado porque creían que estaba contaminado por la cultura occidental. Intelectuales, profesores, doctores, gente con gafas o con las manos finas, familias enteras con bebés, niños y ancianos fueron aniquilados por activa o pasiva, pues miles de personas también murieron de hambre mientras trabajaban en los campos de arroz, valga la redundancia.

Una de las 14 víctimas que se encontraron al entrar en la escuela en el 79

Pol Pot y los suyos, todos intelectuales y profesores que habían estudiado en París, querían crear el Año Cero basado en una sociedad completamente agrícola y rural, visto como el prototipo perfecto lejos de la afectación occidental. Los hijos de agricultores fueron separados de sus padres para ser educados como soldados; los otros fueron asesinados junto a sus padres o sin ellos, esclavizados y torturados.

Miles de niños torturados hasta la muerte sin razón

La crueldad de los Jemeres Rojos no tiene parangón, o sí. Es la crueldad de cualquier genocidio. Hoy, el Museo del genocidio Tuol Sleng y The Killing Fields son dos memorias históricas que se pueden visitar. El primero, Tuol Sleng, también conocido como el S-21, era una antigua escuela que Pol Pot rehabilitó como cárcel, lugar de interrogatorio, tortura y, una vez habían confesado, asesinato. El segundo, es uno de los 300 campos de exterminio de la época. Aquí, en Choeung Ek, ejecutaban a los supervivientes del S-21 y hoy se pueden ver miles de calaveras y esqueletos de las víctimas inocentes. Hasta encontraron cientos de bebés que los habían matado contra un árbol, cogidos por los pies y golpeados hasta la muerte. En enero del 79 ese árbol todavía tenía restos frescos de sesos, sangre y pelos en su tronco…

El árbol en el que mataban a los bebés golpeándolos contra su tronco

Se calcula que un total de 20.000 camboyanos pasaron por los corredores de la muerte del S-21, de entre ellos numerosos niños que eran acusados de pertenecer a cualquier organización inventada que confesaban tras ser brutalmente torturados. Los Jemeres Rojos fotografiaron, filmaron y documentaron todas sus atrocidades, por lo que hoy en día miles de fotografías de las víctimas antes y después de ser torturados cubren los muros de los cuatro edificios del S-21. Las fotos de los 14 cuerpos encontrados en el 79 te dan la bienvenida al lugar. Cuerpos totalmente ensangrentados y torturados hasta la muerte, algunos sin piel ni carne en el rostro pero con una mueca de dolor; todos bañados en un charco de sangre y cerca de una batería eléctrica.

La energía de Tuol Sleng y Choeung Ek te golpea tan sólo entrar. Te desgarra, te oprime el pecho y te anuda la garganta con un grito de súplica callado, ahogado. No podré olvidar jamás la sensación al entrar en estos lugares así como la mirada de todos los niños y víctimas, ni tampoco la de sus verdugos. Tampoco podré olvidar nunca la imagen del árbol de la muerte ni las lágrimas derramadas ante él. Y yo me pregunto, si los Jemeres mataban a los intelectuales y profesores, por qué no se habrán suicidado primero antes de llevar a cabo tal exterminio. ¿Cómo puede llegar el ser humano a ser tan cruel, inhumano y sanguinario? Como ante cualquier genocidio, hay preguntas que nunca podrán ser contestadas.