se dice que María, aunque acatarrada, aceptó ir a nadar con su prima —¿a un río o lago cercano? —, que era actividad habitual para ellas, quizá para distraerse de la tristeza en que, era de esperar, se hallaba sumida tras el regreso de Martí, ya casado con Carmen. Después del paseo, María empeora y muere a causa de aquella enfermedad de las vías respiratorias que, según aseguraba la mamá del informante, ya padecía».
Y ese día, cuando ya casi todos se habían retirado del camposanto, allí estaba José Martí. De pie, en silencio, acompañándola en su última partida.