Érase una vez hace muchos, muchos años, existían
tres reyes que además de ser muy sabios, eran
capaces de leer e interpretar las estrellas.
Uno vivía en Europa, otro en Asia y otro en África
y los tres pasaban noches y noches mirando
las estrellas, lo que ninguno sabía es que una de ellas
cambiaría su vida por completo.
Un buen día, Melchor un rey europeo, de larga barba
era blanca, tan larga como su inteligencia estaba
mirando las estrellas desde su palacio.
De pronto vio una estrella fugaz, que se detuvo arriba
en el firmamento y brilló más que las demás.
Melchor se sintió tan intrigado que decidió encaminarse
hacia el horizonte para verla más cerca.
Cabalgó sobre su camello y partió de viaje.♥
Continua.