Fue la primera entrevista de Bukele con un periodista extranjero en tres años. La ocasión fue una especie de vuelta de victoria. A sus 43 años, ha rehecho una nación que alguna vez fue la capital mundial del asesinato, convirtiéndola en un país más seguro que Canadá, según datos del gobierno salvadoreño. La política de mano dura de Bukele impulsó una agresiva represión contra las malvadas pandillas que ha encarcelado a 81.000 personas y ha provocado una caída precipitada de los homicidios. Después de décadas de violencia, miedo y extorsión, los ciudadanos pueden moverse libremente en las antiguas “zonas rojas” controladas por pandillas, descansar en parques y salir de noche. El Salvador ahora se promociona como la “tierra del surf, los volcanes y el café”, organiza eventos internacionales como el certamen Miss Universo y atrae a turistas y entusiastas de las criptomonedas a enclaves costeros como “Bitcoin Beach”. La transformación ayudó a Bukele a lograr la reelección a principios de este año; su índice de aprobación actualmente supera el 90% según la última encuesta de CID Gallup. Su imagen adorna llaveros, tazas,