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Autor Tema: Homilías de San Romero 31 de marzo al 4 de abril de 1978  (Leído 6 veces)

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Homilías de San Romero 31 de marzo al 4 de abril de 1978
« on: 22 de Diciembre de 2022, 08:47:23 pm »
Homilías de San Romero 31 de marzo al 4 de abril de 1978



VIERNES 31 de marzo
La reunión más importante de este día fue la que se tuvo con abogados
y estudiantes de derecho convocados para proponerles las dificultades con
que la Iglesia tropieza al pedírsele una ayuda jurídica, legal, en tantos
casos de atropellos de los Derechos Humanos.
Tenemos una pequeña oficina que funciona en el Externado San José
con el nombre de Socorro Jurídico, pero es impotente para tanto caso que
llega de distintos órdenes. Y al mismo tiempo se les sugería organizarse en
forma permanente como un equipo honrado de abogados y de estudiantes
de derecho a los cuales pudiera acudir la Iglesia en consulta, de aspecto
jurídico.
La invitación fue acogida con verdadero entusiasmo porque llegaron
cerca de veinte personas entre abogados y estudiantes de derecho. Si se
quiere tener el nombre puede preguntársele al Dr. o Br. Roberto Cuéllar,
del Socorro Jurídico, él tiene la lista de las personas invitadas y que asis-
tieron.
Entre las cosas concretas que se propusieron con entusiasmo fue la de
pedir la Amnistía para los que han sido capturados con motivo de los
acontecimientos de San Pedro Perulapán. Y la próxima semana se presen-
tará a la Asamblea una petición en este sentido, pidiendo la Amnistía.
También fue acogida la idea de prestar ayuda al Socorro Jurídico y se le
encargó al Socorro Jurídico recoger los casos necesitados y enviarlos a los
abogados ahí presentes que se ofrecieron a prestar esta ayuda en sus pro-
pios bufetes, mientras se tratara de cosas ordinarias y también acudir, cuando
fuera necesario, a un trabajo corporativo. También se propuso la idea de
organizarse como asociación de abogados y a la que se podían inscribir
otros no invitados o de otras partes, a fin de crear un cuerpo consultivo
como lo había pedido la Iglesia en sus dificultades de carácter jurídico. Se
sugirió también el reunirse periódicamente para tratar estos asuntos.
Les agradecí y les manifesté mi satisfacción por la acogida que presta-
ron al llamamiento y por la buena voluntad que han manifestado como
abogados de conciencia cristiana.

SÁBADO 1o de abril
Como todos los primeros de mes prediqué la Hora Santa y celebré la
Santa Misa en el Hospital de la Divina Providencia. Después de la Misa
hubo una audiencia que habían pedido de parte de la Confederación de
Colegios de la Arquidiócesis, la Directora del Colegio de la Asunción, Sor
Inés, y del Colegio del Sagrado Corazón, Madre Nelly Rodríguez.
Me informaron que habían estado reunidos el día anterior y ese mismo
sábado para ver la posibilidad de manifestarse en solidaridad con los cam-
pesinos de San Pedro Perulapán y como solidaridad también a los llama-
mientos que hace el Arzobispado pidiendo una información verídica y otras
cosas en favor de los campesinos de aquel lugar.
Les manifesté mis dificultades, sobre todo, que la fueran a confundir,
esa manifestación de solidaridad cristiana, evangélica, con la huelga que
también está propiciando para esos mismos días la Asociación de maestros
ANDES y que no fueran a ser manipulados por la ANDES los colegios
católicos.
Me expresaron que ellos habían considerado este riesgo y que había
también dificultades en el seno de la Confederación porque no todos esta-
ban de acuerdo. Yo les dije que los dejaba a su criterio y que les agrade-
cería que no comprometieran mi nombre en esta discusión.
Después fueron a sesionar más noche y no supe, ese mismo día, cuáles
fueron los resultados de sus deliberaciones.

DOMINGO 2 de abril
A las ocho, como de costumbre, celebré la Santa Misa en la Catedral
siempre abarrotada de fieles que acuden hasta desde el parque de enfrente.
Leí, con pequeños comentarios, el comunicado del Arzobispado que se re-
fiere a los acontecimientos de San Pedro Perulapán y que se puede leer
íntegro en el archivo.
Y el núcleo principal de mi pensamiento fue en torno de las lecturas
bíblicas con este tema: "Cristo resucitado vive y vive en su comunidad de
cristianos en esta tierra".
Expliqué las características del Cristo resucitado como lo confesó Santo
Tomás: Señor y Dios, mensajero y artífice de la redención de los hombres;
su saludo de paz es la síntesis de ese regalo que el Padre nos mandó en
Cristo, la salvación. Lo presenté también, al resucitado, como el objeto de
nuestras esperanzas en la Iglesia peregrina, anhelando el encuentro con
ese Cristo que ha de volver. Y en mi segundo pensamiento expliqué las
características de esta comunidad cristiana que en el mundo lleva el espí-
ritu de Cristo. El evangelio nos cuenta como Cristo resucitado envió a la
Iglesia, así como el Padre lo había enviado a él; y que soplando sobre la
nueva Iglesia, como Dios en el paraíso sobre el barro de Adán, le inspiró
la nueva vida que la Iglesia tiene que llevar al mundo: "recibid el Espíritu
Santo". Las características de la comunidad están en la primera lectura de
los Hechos de los Apóstoles donde el libro dice que aquella multitud lle-
vaba una vida común, era una comunidad donde abundaba la oración, se
reunían en la fracción del pan y vivían la gran esperanza. Estas fueron,
pues, las ideas de como debe ser la Iglesia, la comunidad que sigue a
Cristo y que es presencia de Cristo en este mundo, misión salvadora de
Cristo. Una comunidad de vida que va creciendo y es una comunidad donde
la vida encuentra la salvación. Así dice el libro de los Hechos: " ... iba
aumentándose por parte de aquellos que debían salvarse". Comunidad de
vida también que manifestaba su comunión participando mutuamente los
bienes de Dios, hasta los bienes naturales se ponían al servicio de todos.
Comunidad de vida por su buena fama que crecía, con una autoridad que
eran los apóstoles. Pero, en segundo lugar, principalmente era una comu-
nidad de fe, y ésto es lo que distingue a la sociedad Iglesia de cualquier
otra sociedad o agrupación u organización humana. Llamé mucho la aten-
ción sobre ésto para no confundir a la Iglesia con otros organismos y
atribuírsele a ella las falsas calumnias que ahora se le están atribuyendo
como autora de violencia. Les dije que esta comunidad en la fe y en el
Espíritu tenia que ser una comunidad en la obediencia a la doctrina de los
apóstoles, una comunidad de oración y una comunidad que se alimenta
con los signos sacramentales; y finalmente, una comunidad escatológica
que vive, pues, la esperanza de un más allá.
A las tres de la tarde asistí a la invitación que me habían hecho las
Hermanas Salesianas en el Colegio Maria Auxiliadora, donde tienen su oratorio
festivo para muchachas. Se había preparado una confirmación de jóvenes y
la Misa resultó muy hermosa. El canto vibrada con un entusiasmo único. A
la hora del evangelio les expliqué aquel soplo de Jesús a la comunidad: Era
el Espíritu de Dios que se daba a los que creyeran en Jesucristo. Les expli-
qué la confirmación, el sentido, el rito. Y les administré este sacramento del
Espíritu Santo. Eran como cuarenta jóvenes preparadas para esta tarde con
el sacramento de la confirmación.
Por la noche, a las seis y media, en la Colonia Miramonte, en la Iglesia
Parroquial de la Resurrección -es la fiesta patronal de esta parroquia que
lleva el titulo de la Resurrección del Señor- la comunidad parroquial asistía
muy numerosa, llenaba la Iglesia; los padres agustinos y otros padres de la
vicaria de esa zona de la Ciudad, concelebramos la Santa Misa.
Prediqué el Evangelio, hice alusión a la tumba vacía de Jesucristo re-
sucitado y a la tumba cerrada del Padre Alfonso Navarro que el año pasa-
do, precisamente en esta fiesta, había mostrado todo su entusiasmo de párroco
con una parroquia que es testimonio de la Resurrección de Cristo. Su tum-
ba cerrada, después de haberlo asesinado, uno de los dos sacerdotes que
cayeron muertos por las balas el año reCien pasado. Esa tumba cerrada
podía significar como un fracaso de la redención y de la resurrección de
Cristo y, sin embargo, era el signo de una esperanza; nuestros muertos han
de resucitar y las tumbas de nuestros muertos que hoy están selladas con
el triunfo de la muerte, un día serán también como la de Cristo: Tumbas
vacías. La tumba vacía de Cristo es una evocación al triunfo definitivo, a
la redención consumada. Mientras tanto, hay que luchar, hay que trabajar
para que el mensaje de esa tumba vacía de Cristo ilumine de esperanza
todo nuestro trabajo en la tierra hasta la consumación de la redención del
Señor.
Después de la Misa, la Comunidad Parroquial de Miramonte había pre-
parado una merienda en la que todos los que estaban en Misa participaron.
Una experiencia preciosa de sentido familiar de la parroquia. Los padres
agustinos que presiden esta parroquia son dignos de elogio porque han
trabajado con entusiasmo y siguen trabajando una comunidad parroquial
modelo.

LUNES 3 de abril
La Conferencia Episcopal de El Salvador convocó a una reumon de
urgencia. Mi primer intento fue no asistir, puesto que, la invitación apenas
me llegó la mañana del lunes. Sin embargo, aconsejado, asistí porque se
trataría el tema de la carta de los sacerdotes al Sr. Nuncio, y podría, así,
presente, dar una opinión que defendiera a los sacerdotes.
Efectivamente llegué a la reunión y vi que todo venía preparado. El
telegrama de Mons. Rivera anunciando su ausencia por una reunión en
Guatemala y pidiendo que se esperara ya que el tema necesitaba el pleno
de la reunión de Obispos no fue atendido, a pesar de que yo amparé esta
petición de Mons. Rivera. Votando, naturalmente, cuatro Obispos contra mi
voto solo, se hizo la reunión. También reclamé de que el documento al cual
se referían, ya venía trabajado. Me dijeron que siempre se presentaba un
documento de base, pero vi que aquello no era sólo un documento de base,
puesto que no se discutió, sino que ya se comenzaba a firmar, a pesar de
decir yo mis razones en contra.
Mis razones eran estas: Los Sacerdotes han dirigido una carta al Sr.
Nuncio; lo que corresponde aquí es que el Sr. Nuncio invite a los sacerdo-
tes a dialogar. Otra razón es que, en el documento de los Obispos contra
los sacerdotes se acusa como una falta contra la Santa Sede. Yo distinguí
entre la Santa Sede, principalmente la figura del Papa con el cual estos
sacerdotes se sienten unidos por la fe, y la figura del Nuncio que represen-
ta al Papa y que no siempre lo representa nítidamente. Evoqué a este pro-
pósito varias cosas que aquí y en Guatemala han hecho del Sr. Nuncio una
figura poco deseable. Otra razón es que debía de analizarse el documento
mismo de los sacerdotes, en el cual no hay que fijarse sólo en la redacción
o expresiones inadecuadas, sino en los hechos de que acusan al Nuncio,
como poco testimonio cristiano. Que no se debía de acusar a los sacerdotes
sin oírlos, que me parecia que publicar este documento era fomentar una
división entre los obispos, puesto que yo no estaba dispuesto a firmar.
A pesar de todas estas razones el documento ya estaba siendo pasado
para que lo firmaran los cuatro Obispos: Mons. Aparicio, Presidente de la
Conferencia; Mons. Barrera, Obispo de Santa Ana; Mons. Alvarez, Obispo
de San Miguel y Mons. Revelo, Auxiliar de San Salvador.
El documento quedó aprobado y yo fui objeto de muchas acusaciones
falsas de parte de los Obispos. Se me dijo que yo tenía una predicación
subversiva, violenta; que mis sacerdotes provocaban entre los campesinos
el ambiente de violencia y que no nos quejáramos de los atropellos que las
autoridades andaban haciendo. Se acusaba a la Arquidiócesis de interferir
en las otras diócesis provocando la división de los sacerdotes y el malestar
pastoral de otras diócesis. Se acusaba al Arzobispado de sembrar la confu-
sión en el Seminario y que era urgente que saliera del edificio de San José
de la Montaña el Arzobispado de San Salvador. Y otra serie de acusaciones
calumniosas y falsas a las cuales preferí no contestar.
Ha sido un día amargado por esta circunstancia y lamentando que, la
división en el episcopado se aumenta con este paso que me apareció poco
prudente.

MARTES 4 de abril
En lo personal estoy dándole gracias a Dios porque este día cumplo
treinta y seis años de haber sido ordenado sacerdote en Roma.
Se celebró la reunión del clero. El tema de estudio fue "Comunidades
de Base". Lo presentó el Padre Jesús Delgado, Orientándolo a la consulta
de la Congregación Episcopal Latinoamericana de Puebla para el próximo
octubre.
La segunda parte fue la exposiciOn, la información de los aconteci-
mientos de la Semana Santa y de Pascua en San Pedro Perulapán y en otras
regiones de nuestra Arquidiócesis, donde la represión gubernamental ha
tenido muchas cosas que han atropellado la tranquilidad de aquellos can-
tones y la dignidad de los derechos humanos.
Por nuestra parte hemos publicado un comunicado comentando esta
situación y solidarizándonos con el pueblo que sufre.
Algunos párrocos trajeron catequistas, campesinos que han vivido es-
tas horas trágicas de una Semana Santa terriblemente sangrienta y represora.
Se aprobó enviar de parte de todo el clero y de todas las religiosas ahí
presentes un voto de solidaridad con el Arzobispo a Roma en contraposi-
ción al documento de los Obispos que ofendieron en su reunión, al Arzo-
bispo de San Salvador y lo han descalificado con su pronunciamiento que
ha de ser publicado.
Por la tarde, entrevista con un periodista sueco y dialogó con el Padre
Jesús Delgado, Acerca de muchos tópicos del episcopado y de la Arquidió-
cesis.

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