Autor Tema: Diario de San Óscar Romero_21 de enero (Leído 14 veces)

❄️Nerejda❄️ · « **on:** 16 de Diciembre de 2022, 03:09:53 pm »

Diario de San Óscar Romero_21 de enero
Lunes 21 de enero de 1980
Esta mañana tuve una reunión con el Senado de Sacerdotes para continuar y actualizar nuestro análisis de la situación del país: específicamente, para decidir la actitud que como Iglesia debemos tomar en la arquidiócesis. Decíamos que hay una psicosis en el ambiente, como si todos esperaran una guerra civil muy pronto. La manifestación que ha sido anunciada para mañana por las organizaciones políticas populares ha creado una fuerte impresión, una expectativa casi igual a la espera de una guerra civil. Hemos analizado la situación y ciertamente es grave. Pero nuestro deber como Iglesia es mantener viva la esperanza, mantenernos por encima de todos los falsos rumores y tratar de vivir en la realidad y, especialmente, en nuestra íntima conciencia, con Dios. Inculcar esto en nuestras comunidades es nuestra principal responsabilidad en este momento.

Con respecto a mi viaje a Bélgica, acordamos que nos volveremos a encontrar dentro de dos días, después de la manifestación, para ver cómo están las cosas y ver qué debemos hacer. También cancelamos la reunión pastoral que había sido programada para mañana por todo el nerviosismo.

Entre los visitantes que vinieron estaba el diácono Pedro García, quien me ha causado una gran decepción. Después de su formación en La Ceja en Colombia, ha insistido en dejar la arquidiócesis porque cree que no puede en buena conciencia seguir la dirección pastoral de nuestra arquidiócesis. Traté de convencerlo de su error y también de hacerle tomar conciencia de que en nuestra diócesis existe un sano pluralismo en el que cualquier tendencia puede tener cabida siempre que sea legítima en sentido pastoral. Sin embargo, está decidido a irse. le he dado dos condiciones: la primera, que me diga a qué diócesis piensa ir, para que yo, en conciencia, haga un informe sobre él y así cumplir con mi responsabilidad; y, segundo, que la arquidiócesis recupere el dinero que ha gastado en él.

También hubo algún contacto con los secuestradores del ex embajador de Sudáfrica, quienes quieren información sobre el médico que han dicho que puede ir a verlo. Aproveché para enviarles alguna otra información que debían conocer, siempre con la intención de obtener la liberación de este pobre rehén.

En la radio, en relación a los comentarios, he tratado de presionar un poco para que no nos dejemos controlar por la cobardía. Prudencia real, sí; la censura, también, si es racional; pero no debemos abandonar el programa de comentarios, ya que son de gran utilidad para orientar a nuestros oyentes en un momento tan confuso.

El acontecimiento más reconfortante de hoy ha sido la celebración que hemos tenido al mediodía en Apulo en el Hogar Santa Teresita, donde se ha inaugurado el seminario para las vocaciones tardías. Un grupo de jóvenes que habían pensado que les sería imposible estudiar en el seminario han encontrado en el padre Fabián, vicario episcopal de Chalatenango, una oportunidad para actualizar sus estudios y continuar sus estudios eclesiásticos. Era hermoso escucharlos, su alegría en su esperanza renacida.

Junto a esta experiencia, nos sorprendió la promesa de tres jóvenes, que desde hace meses están pensando en hacer comunidad, hacer votos religiosos desde hace un año y vivir como parte de la comunidad de Ilopango. Otra experiencia que tuvimos es la de cinco hermanas carmelitas que han dejado la congregación pero que permanecerán juntas sin abandonar su espíritu religioso y su servicio a las comunidades de la arquidiócesis. Vivirán en Guazapa y, a mi regreso de Bélgica, iremos a celebrar la ceremonia de su incorporación a esa comunidad.

También en esta ocasión en que el Espíritu Santo nos mostró tantos dones, confirmé a un novicio jesuita que tiene que ir a Panamá a terminar su preparación y que recibió en medio de ese ambiente tan carismático este don precioso del Espíritu Santo.

Fuente: Archbishop Romero’s Diary, pages: 453-454
Traducido del Inglés por Nerejda
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❄️Nerejda❄️ · « **Respuesta #1 on:** 16 de Diciembre de 2022, 03:11:02 pm »

TEXTO EN INGLÉS_Archbishop Romero’s Diary_January
Monday, January 21
This morning I had a meeting with the Priests' Senate to continue and bring up to date our analysis of the situation of the country: specifically, to decide on the attitude that, as Church, we ought to take in the archdiocese. We said that there is a psychosis in the atmosphere, as if everyone were expecting a civil war very soon. The demonstration that has been announced for tomorrow by the popular political organizations has created a strong impression, an expectancy almost equal to waiting for a civil war. We have analyzed the situation and it is certainly serious. But our duty as Church is to keep hope alive, to stay above all the false rumors and to try to live in reality and, especially, in our intimate consciences, with God. To instill this in our communities is our primary responsibility at this time.

With respect to my trip to Belgium, we agreed that we will meet again within two days, after the demonstration, to see how things are and to see what we should do. We also canceled the pastoral meeting that had been scheduled for tomorrow because of all the nervousness.

Among the visitors who came was Deacon Pedro Garcia, who has caused me great disappointment. After his formation in La Ceja in Colombia, he has insisted on leaving the archdiocese because he believes that he cannot in good conscience follow the pastoral direction of our archdiocese. I tried to convince him of his error and also to make him aware that in our diocese there is a healthy pluralism in which any tendency can find a place as long as it is legitimate in a pastoral sense. Nevertheless, he is determined to go. I have given him two conditions: first, that he tell me what diocese he is planning to go to so that I can, in good conscience, make a report on him and thus fulfill my responsibility; and, second, that the archdiocese recover the money that it has spent on him. [289]

There was also some contact with the kidnappers of the ex- ambassador of South Africa, who want information on the doctor they have said can go see him. I took the opportunity to send them some other information that they should know, always with the intention of obtaining the release of this poor hostage.

At the radio, in relation to the commentaries, I have tried to put on some pressure so that we do not let ourselves be controlled by cowardice. Real prudence, yes; censorship, also, if it is rational; but we should not abandon the program of commentaries, since they are of great usefulness to orient our listeners in such a confusing time.

The most comforting event today was the celebration that we had at noon in Apulo in the Santa Teresita Home, where the seminary for late vocations has been opened. A group of young men who had thought that it would be impossible for them to study in the seminary have found with Father Fabián, episcopal vicar of Chalatenango, an opportunity to bring their studies up to date and to continue their ecclesiastical studies. It was beautiful to hear them, their joy in their reborn hope.

Along with this experience, we were surprised by the promise of three young women, who for months have been thinking of becoming a community, taking religious vows for a year and living as part of the community of Ilopango. Another experience we had is that of five Carmelite sisters who have left the congregation but who will stay together without abandoning their religious spirit and their service to the communities of the archdiocese. They will live in Guazapa and, on my return from Belgium, we will go celebrate the ceremony of their incorporation into that community.

Also on this occasion when the Holy Spirit showed us so many gifts, I onfirmed a Jesuit novice who has to go to Panama to finish his preparation and who received in the midst of that very charismatic atmosphere this precious gift of the Holy Spirit.

Notes
289 Education and travel expenses.

Fuente: Archbishop Romero’s Diary, pages: 453-454
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